Ferias y libros

Empieza la feria del libro, aquí en mi ciudad. Feria. Ni más, ni menos. Así es como se tratan ahora a los libros. Como en las ferias de las distintas comarcas, en las que personas de gran oratoria (mas bien charlatanería) intentan venderte las papeletas de una tómbola de la que no quieres nada, o una muñeca, un lote de turrón del duro durísimo...Pues eso son los libros en esta feria, tomen compren, no hace falta mirar, ni gustar, ni querer, ni curiosear, solo comprar.

- Pero claro, no seas demagogo lobo lobito; se tendrán que vender libros para seguir las editoriales. Ademas a nadie se le obliga que comprar, lo que mas se vende, es lo que mas le gusta al público.

-Si y no, quizás sea algo demagogo, pero yo te aseguro que lo que más se vende no es lo que mas gusta, y si es así, que Dios, Alá, Yaveh y todos los Dioses habidos y por haber nos protejan porque hay cada libro (no todos los libros son cultura ni mucho menos). Te venden lo que ellos quieren. Ya ni las librerias se salvan de esto. ¡Samarkanda! (como diría Bruno o Diego).

Vayamos en procesión a la feria, como un rebaño, que me digan que comprar, que está de moda, que comprar para sentirme mas intelectual de tres al cuarto, pidamos firmas a escritores de los que ni siquiera he leido nada en nuestras vidas.
Dicen, para mas inri, que los libros en formato papel están próximos a su funeral. Réquiem largo y a pleno llanto se les dará en su momento, y ahí, dejaré, con mucho pesar y esfuerzo, de leer.

-Demagogia. -Me sigue gritando mi conciencia.