Les debo algo, y he aquí mi deuda. Maldigo a la tecnología, siento no haber podido acceder en unas semanas, pero ya sabemos todos que si nos salimos de los ceros y unos, la informática deja de ser una ciencia cierta. Tampoco necesito que lo sea, pero no deja de ser engorroso los dichosos problemas técnicos que la acompañan. Pero bueno, he aqui el nuevo artículo. Mucho calor, y dias de antesala de auténtico verano, autentico calor aquí en la tierra prometida.
¿Andalucia? ¿es esta la tierra prometida? Lo dudo, no creo que en la Biblia se refieran a esta, aunque comparado con otras tierras de gran marketing, densidad y que te intentan seducir, quizás entonces si sea Andalucia la tierra prometida con respecto al resto de España. No, no la Andalucia de la Costa del Sol, ni la de los paseos turísticos por el Alcázar, ni la que intentan construir políticos ni la Junta... (vade retro globalización dueña y señora de todo y todos, no hay país que escape a ese genocidio cultural).
Esas no, esas andalucias no tienen nada que las diferencie del resto del mundo, al menos, del resto de este país. Si, será tierra prometida para aquellos andaluces que asi lo deseen, los pequeños y tranquilos pueblos que al menos durante el invierno y con permiso del segundo Satanás de este siglo, el buscado y querido turismo; son tranquilos, silenciosos, cómodos, acogedores, cálidos y apacibles, donde todos se conocen, donde se come de auténtico escándalo (sino prueben), la de la vida sin prisas ni sofocos, la de disfrutar del dia y de la noche (a ello muy dado los andaluces), la de con poco dinero se vive bien...Se lo aseguro, los andaluces auténticos expertos en vivir con poco, y es que para ser feliz hace falta muy poco, tan solo quererlo.
Ante la crisis, un buen potaje, barato y saludable, caluroso para este tiempo quizás, pero tiene su encanto, su gracia. Aprendan, aprendan...
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